Entre fines de abril y comienzos de mayo, la crisis de las tarjetas de transporte público interurbano puso en evidencia la fragmentación existente en un asunto sustancial como es el traslado en la sociedad. Un informe sobre el crecimiento del área del Gran Tucumán, publicado hace pocos días, da cuenta del problema, al tiempo que revela que el área ahora anexa municipios y comunas.
Hasta ahora se consideraba que el Área Metropolitana de Tucumán, o Gran Tucumán, estaba integrada por seis municipios: Capital, Yerba Buena, Tafí Viejo, Banda del Río Salí, Alderetes y Las Talitas, además de una decena de comunas. Ahora, en ese artículo académico, titulado “Movilidad y desigualdades. Patrones de movilidad y transporte público en el Sistema Metropolitano de Tucumán”, de la arquitecta Inés González Alvo, se incluye a Lules y a 19 comunas rurales en el área: Cebil Redondo, Colombres, Delfín Gallo, El Manantial, La Esperanza, La Florida y Luisiana; Los Nogales, Los Ralos, Ranchillos y San Miguel; San Andrés, San Felipe y Santa Bárbara; San Javier, San Pablo y Villa Nougués, El Chañar, El Cadillal y Los Pérez, entre otras. A poco que se investiguen las conexiones entre unas y otras y el vínculo con la capital –por ejemplo cuánta gente y cuántos vehículos van y vienen a diario, qué servicios se usan, el comercio, el manejo del suelo y de las aguas- se tendrá una idea del crecimiento de esas relaciones y de las desigualdades. El de las tarjetas ha sido un ejemplo. De hecho, por lo general los estudiantes que viven fuera de la capital necesitan más de dos viajes –y dos tarjetas distintas- para trasladarse a sus lugares de estudio. Ni qué hablar de las carencias de servicios de las llamadas áreas periféricas que han ido creciendo, tanto en barrios cerrados y asentamientos informales como en conflictos. Un caso muy llamativo y mencionado en muchas oportunidades es el acceso desde Tafí Viejo a capital por la ruta 315 o Camino del Perú, un problema urbano que desde hace mucho tiempo es foco conflictivo y de riesgo.
La investigadora menciona que hay en otras partes buenos ejemplos de coordinación en el manejo de áreas metropolitanas, como ser Rosario, Mendoza o Jujuy, donde merced a la comunicación por entes multidisciplinarios y el respeto a las decisiones estratégicas se ha logrado reducir la burocracia y las mezquindades para encarar problemas comunes en lo que hace a inundaciones, transporte público, espacios verdes, tránsito, seguridad, tratamiento del suelo y códigos urbanos.
En este sentido, la Municipalidad capitalina ha encarado un plan de contingencia ante inundaciones y la intendenta ha advertido la necesidad de trabajar junto a los otros municipios y la Provincia para hacer un mapa de todo el sistema de desagües y cloacas. Algo como lo que señala el estudio de González Albo, que se enfoca especialmente en el problema de la movilidad. Es un buen punto de partida la convocatoria a otros municipios, aunque se debería avanzar en profundidad hacia una coordinación integral de todos para encarar los problemas comunes y poner freno a la creciente fragmentación.